El ejemplo clásico de tener que seguir la política de una institución, son las reglas de las cárceles que gobiernan tanto a los presos como a los visitantes. Yo he podido entrar a hablar con los presos con mucha libertad en muchas cárceles de Argentina, tanto en la Capital del país y en el interior del mismo, con el debido permiso de las autoridades .
Hasta se pide los Antecedentes criminales de la persona que solicita el permiso, Hay reglas limitando lo que se puede llevar adentro o fuera de la cárcel. Hay que advertirles a los futuros capellanes a no prestarse a las trampas de los presos de sacarle dinero ni de pasar mensajes. Es bueno tener un corazón grande, pero este no es un trabajo para débiles de carácter, y siempre hay que seguir las reglas.